lunes, 3 de noviembre de 2008

Voynich Manuscript

El manuscrito Voynich es un misterioso libro ilustrado de contenidos desconocidos, escrito hace unos 500 años por un autor anónimo en un alfabeto no identificado y un idioma incomprensible.


Pincha y agrandarás

A lo largo de su existencia constatada, el manuscrito ha sido objeto de intensos estudios por numerosos criptógrafos profesionales y aficionados, incluyendo destacados especialistas estadounidenses y británicos en descifrados de la Segunda Guerra Mundial. Ninguno consiguió descifrar una sola palabra. Esta sucesión de fracasos ha convertido al manuscrito en el Santo Grial de la criptografía histórica; pero ha alimentado también la teoría de que el libro no es más que un elaborado engaño, una secuencia de símbolos al azar sin sentido alguno.



Sin embargo, el que cumpla la ley de Zipf, que viene a decir que en todos los lenguajes conocidos la longitud de las palabras es inversamente proporcional a su frecuencia de aparición (cuantas más veces aparece una palabra en un idioma más corta es), hace pensar que se trata no sólo de un texto redactado en un lenguaje concreto, sino también que este lenguaje está basado en alguna lengua natural, ya que lenguajes artificiales como los élficos de Tolkien o el Klingon de Star Trek no cumplen esta regla. Esto es debido a que la explicación a esta ley se basa en la economía lingüística: las palabras que más utilizamos son más cortas y así requieren menos energía, por ello es el uso de una lengua el que acaba por imponer esta ley. Es prácticamente imposible que el autor del manuscrito Voynich conociera la ley de Zipf, enunciada muchos siglos después, y por tanto que la aplicase a un lenguaje inventado por él.

Todo sería normal si en el manuscrito no aparecieran imágenes de espermatozoides, galaxias espirales y más cosas, descubiertas siglos después.

Ver todo el manuscrito en imágenes de alta definición AQUÍ

Nuevos misterios...

Cortapegando..

Lectr.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vale. Voy a descifrarlo ahora mismo.

Anónimo dijo...

Intrigante